Referéndum, ¡qué escándalo!

Grito escándalo-referéndum

Nunca antes en la historia de nuestra joven democracia, se había mencionado tanto la palabra “referéndum”. ¡Sí claro!, a raíz de la tan traída y llevada “cuestión catalana”; sin embargo, no es el objetivo de este post desarrollar el debate sobre la independencia catalana, ni ponerse a favor o en contra de ella –ya daremos nuestra opinión sobre los nacionalismos en su debido post-, sino la misma idea de referéndum.

Desde que empezó a planear la idea de convocar el susodicho, algo rechina en mi interior cuando los oigo, como cuando un sonido me provoca dentera, es un chirrido que casi me obliga a taparme los oídos: ¡¿Cómo es posible que en una democracia se diga que consultar al pueblo es un sacrilegio?! ¡¿Cómo es posible que se proclame que poco menos que se están tocando los cimientos de nuestra civilización por convocar un referéndum?! ¡¡¡¿Pero no les da vergüenza?!!!

Las grandes palabras

     El Estado, La Indisoluble Unidad de la Nación, la Monarquía, la Ley, la Justicia…

Vamos a ver, queridos, que esto es de primaria, rebobinemos:

(Realice este pequeño test)

            1.- ¿Dónde reside la soberanía?

a) En el Rey                                 c) En los partidos políticos

b) En el Gobierno                       d) En el pueblo

            2.- ¿De dónde emanan los poderes del Estado?

a) De las Diputaciones                c) Del Tribunal Constitucional

b) Del Presidente del Gobierno  d) Del pueblo

Luego, si todo poder y soberanía emanan del pueblo – sí, era la d)-, ¿por qué no se le puede consultar a la gente cualquier cosa?* ¿Pero que entienden exactamente estos señores por democracia?

*(Por supuesto; ya sabemos que las consultas populares al pueblo venezolano sí las apoyan, y que el caso escocés es “completamente diferente” al catalán. Los suizos es que son ricos y no tienen nada mejor que hacer.)

“¡Nadie está por encima de la Constitución y las leyes!” Nadie…, salvo ellos que las dictan y  modifican cuando les da gana,  de acuerdo a sus intereses. Cuándo modifican el artículo 135 CE, ¿están cometiendo una ilegalidad, un delito contra el Estado? ¿Cuándo modifican el Código Penal? ¿Cuándo legalizan una amnistía fiscal? ¿Cuándo ningunean a la gente? ¿Cuándo asfixian económicamente a los más necesitados incumpliendo una retahíla de deberes constitucionales como gobierno? Véase el Capítulo Tercero del Título I CE.

 Cuestión de buena voluntad

Pero no se dejen engañar por los párrafos anteriores: pareciera que estamos dando por supuesto que no hay actualmente dentro de nuestro ordenamiento margen legal para convocar referendos, pareciera que la convocatoria de los mismos es un tipo de aberración punible recogida específicamente en alguna norma legal.

Desde luego que nuestro Código Penal no recoge ningún artículo del tipo: “El que convocare un referéndum, plebiscito o cualquier consulta popular, será castigado con pena de…” Bromitas aparte, la Constitución Española (CE) incluye distintos artículos en los que se recoge la nombrada figura.

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Véanse:        

Véase también la LO 2/1980, de 18 de enero, sobre  regulación de las distintas modalidades de referéndum.

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Cierto es que, actualmente, la autorización para la convocatoria de referéndum es competencia exclusiva del Estado. Lo que nos indica, por un lado, que junto a muchas otras cuestiones a “nuestra consti” le va haciendo falta una reformita, pero por otro, aun dejándola como está, ¿no puede el Estado transferir o delegar esta competencia en las Comunidades Autónomas por vía del artículo 150 CE? Y si algunos responden “NO” a esta última cuestión, ¿no podría el Gobierno convocar los referéndums que las CCAA consideren oportunos?

Seguro hay juristas que sabrían como darle una vueltita a este tema, pero, en cualquier caso, creo que hoy por hoy, y a falta de una mejor regulación, es cuestión de buena voluntad política, de diálogo, de espíritu constructivo. Pero, ¿adónde vamos con políticos que se escandalizan con sólo oír mencionar la palabra? ¿Adónde vamos con políticos que piensan que la participación ciudadana y la consulta son males que deben ser extirpados de nuestra sociedad? ¿A qué cole fueron?

Y se estiran mirando desde su atalaya, y se indignan con todo/a aquel/la que ose cuestionar el orden establecido –por ellos-; y se llenan de razones y argumentos grandilocuentes –huecos, eso sí-. Y nosotros/as pobres mortales, que ya tenemos suficiente con llevar nuestras vidas adelante, le echamos paciencia y ponemos cara de tonto/as, no vaya a ser que digamos alguna inconveniencia o hagamos algún mal chiste y terminemos en la Audiencia Nacional acusados de algún delito de odio o de terrorismo.

Días contados      Tecnología-referéndum

En medio de este despropósito político, una idea me llena de alegría y esperanza: creo que gracias al desarrollo tecnológico la Democracia Representativa tiene los días contados. Gracias al DNI electrónico, a la firma electrónica, a los PINs y a otros recursos informáticos, ahora mismo, ya, se podrían estar haciendo consultas a la/os ciudadana/os respecto a muchas cuestiones; con gran agilidad y escaso gasto de recursos. ¿Para qué necesitaremos entonces representantes? ¡Representémonos nosotras mismas!

Para las personas que llevamos años soñando con la Democracia Directa, es muy satisfactorio ver que se van desmontando los argumentos en contra: muy costoso, lento para la toma de decisiones, falta de formación, etc.; ver que ya no hay excusas para permitir la participación y decisión ciudadanas. ¿Qué soy una ingenua? Sí, sí, ya sé que la voluntad política para implementar los mecanismos necesarios es nula. Pero, amiga/os, tiempo al tiempo… No se le pueden poner puertas al campo.

Es que la gente no tiene formación para entender los grandes temas de economía y política, hay que dejar hacer a los políticos profesionales.” (¿………………….!) Creo que cualquier persona con un poquito de sentido común no habría gastado millones, por ejemplo, en rotondas que no llevan a ninguna parte, en edificios que se caen o no se utilizan para nada. Creo que nadie con dos deditos de frente le habría soltado a la Banca tal dineral sin contraprestación ni garantías de devolución. Pocos habrían sido los primeros en enviar a su embajador a reconocer al nuevo gobierno golpista de un país en las primeras horas del Golpe (caso Venezuela), ni habrían privatizado una empresa por 100 pesetas (caso Funeraria de Madrid); ni habrían apoyado la guerra de Irak, ni habrían cerrado el espacio aéreo español en un puente vacacional, ni serían tan insolidarios con refugiados y emigrantes… ¡Ah, qué no! Que cuando hay que recoger tomates en Almería a más de 50º sí les dejan entrar.

En fin…, qué para tener más coherencia que la mayoría de nuestros dirigentes no hace falta ser una lumbrera, o dicho de otro modo, es difícil hacerlo peor. Cierto es que nuestros brillantes políticos, economistas, expertos y tecnócratas en general, como decía un amigo, saben como enturbiar las aguas para que parezcan más profundas. Cierto es que no los creo tan estúpidos como muestro, simplemente pienso que cuando un gobierno toma una decisión que no tiene ni pies ni cabeza, es que otro interés, que no es el bienestar de las personas, opera por detrás.

“Y si no, fíjate qué pasa cuando decide el pueblo: Brexit en Reino Unido, NO al Plan de Paz en Colombia, voto a Trump, NO a la Renta Básica Universal en Suiza.”  Sí, quizá a veces los pueblos se equivocan –habría que estudiarlo-, pero, ¿cuántas veces se equivocan los políticos, los gobiernos, los organismos internacionales?

Es que los políticos sufren muchas presiones: una cosa es estar en la calle o en la oposición y otra gobernar. No podemos arriesgarnos a que la gente decida en sentido contrario a lo que nos interesa.” Estoy convencidísima de que eso es así, de que hay grandes intereses que se mueven por el planeta, piénsese por ejemplo en la industria armamentista, farmacéutica, alimentaria, etc. Pero quizá si los políticos se aliaran con las gentes a las que representan, si no ocultaran información, sólo quizá, sería más fácil bregar con ellos.

El modelo suizo

Centrándonos de nuevo, estrictamente, en el punto referendo, vamos a terminar este post con un modelo de regulación que nos parece mucho más abierto, democrático y progresista que el nuestro. Especialmente por contemplar la posibilidad de convocar referéndum por petición popular, a través de la tradicional recogida de firmas. Para mostrar la diferencia de efectos que producen ambos sistemas baste citar que en España, desde el fin del franquismo, se han celebrado 4 referéndums:

  • El de aprobación de la Ley de Reforma Política (1976)
  • El de ratificación del Constitución Española (1978)
  • El de permanencia de España en la OTAN (1986)
  • El de ratificación de la Constitución Europea (2005)

A esta cifra habría que añadir los autonómicos para la aprobación de sus Estatutos.

En Suiza, la media es de 3 o 4 consultas por año, casi 600 desde la creación de la federación, en 1848. Para terminar, dejo el enlace de dos  breves artículos que explican pormenorizadamente el modelo Suizo, y aunque coincidentes en el tema, aportan visiones diferentes:

Referéndum en Suiza.

Los suizos, campeones en las urnas.